viernes, 25 de marzo de 2011

Naranja de noviembre.

Desesperanzada tome la naranja del mercado ,
desteñida por el verano ,
que se azoma arrancando todo color apetecible que esta tenga ,
la lleve a casa sin esperar el deleite
de aquel nectar que en invierno me quita el resfrio y la sed.
Cuando el cuchillo con aires de psicopata
alcanzo a tajar por la mitad tan sabrosa fruta
pude ver que no hallaria mas que livido sabor en esta.
pues lleve una mitad a mi boca ,
dudando del placer que podria sentir,
entonces imagine que mascaba la naranja en abril,
y cuando al fin senti derramar el sabroso jugo
aprendi que incluso cuando menos lo espero
surge algo bueno para mi,
derribando prejuicios y probabilidades.-

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